Entradas

Mostrando las entradas de diciembre, 2016
Imagen
EL VIAJE DE LA MEDITACIÓN CRISTIANA - PARTE 2  En la carta anterior hablamos de lo que podía sucedernos en nuestro viaje de meditación. Comenzamos con entusiasmo, nuestro compromiso con la práctica diaria crece, pero inevitablemente a su tiempo conocemos al demonio de la “acedia”. Comenzamos a sentirnos aburridos e inquietos, nos sentimos como si ingresáramos a un desierto. Hablando de esta experiencia de“desierto” Thomas Merton dijo: ”Sólo cuando somos capaces de abandonar todo dentro de nosotros, todo deseo de ver, de saber, de gustar y de experimentar la consolidación de Dios, sólo entonces somos verdaderamente capaces de experimentar Su presencia”. Requiere por lo tanto, un “abandono” y así esta “experiencia de desierto” se convierte en una experiencia purificadora. Es un desafío para superar nuestro egoísmo y meditar sin esperar recompensa, sin conocimiento de que el Espíritu nos está guiando a meditar aú...
Imagen
EL VIAJE DE LA MEDITACIÓN CRISTIANA - PARTE 1  El viaje de la meditación es, en palabras de John Main, un peregrinaje a nuestro propio corazón, el lugar más sagrado donde habita Cristo. La meditación es descubrir “la vida del Espíritu de Jesús dentro de nuestro corazón humano”. Hay distintas etapas por las que pasamos en este viaje. Aunque las etapas se presentan en forma lineal en las siguientes lecciones, debemos ser bien concientes que es un viaje espiralado y va superponiendo niveles que se van haciendo más profundos con etapas que reaparecen, se funden y se transforman.   Cuando comenzamos a meditar, generalmente una vez a la semana o una vez por día, la disciplina parece fácil y comenzamos nuestros períodos de meditación con alegría y compromiso verdadero. Pronto nuestro entusiasmo inicial es puesto a prueba y necesitamos un compromiso más profundo con esta disciplina: el compromiso de integrar firmemente a nuestra vida dos períodos de meditación. Con el tiempo,...
Imagen
¿PUEDO CAMBIAR MI MANTRA?  Orar repitiendo una frase o frases determinadas ha sido una práctica bien establecida en el cristianismo durante siglos - pensemos en el “Padre Nuestro”, el “Ave María” y la “Oración a Jesús” de la tradición Ortodoxa. Casiano, quien recopiló las enseñanzas de los Padres y Madres del Desierto desde el Siglo IV, recomendó la frase de los Salmos: “Oh Dios ven en mi ayuda, oh Dios apresúrate a socorrerme”. Su primer seguidor oyó a San Francisco orar repitiendo toda la noche: “Deus meus et omnia” (Mi Dios y mi todo). Se le atribuye a San Agustín haber usado la frase: “Noverim me, noverim te” (Que yo pueda conocerme, de manera que pueda conocerte). La filósofa mística del Siglo XX Simone Weil solía recitar el “Padre Nuestro” en griego. Otros mantras que han sido sugeridos son la palabra en arameo para “Padre”: “Abba”; “Paz”, “Kyrie Eleison" y "Veni Sancte Spiritus" – en realidad cualquier otra frase con significado espiritual para el cristiano....